El poder de la palabra
Solo dos veces la Prima Catalina le ha dicho a la vida en voz alta lo que piensa, quizá porque desde pequeña entendió el poder de las palabras, en las palabras está Dios y también el demonio... la primera vez despertó una mañana lejos de su patria, abrió los ojos, miró al rededor y dijo en voz alta: no soy feliz... algunos meses después un viento helado se llevó todo lo que tenía, le arrancó las raíces del suelo y la estrelló... tardó mucho tiempo en reconstruirse... de tal forma que un día mientras hacía yoga, parada de cabeza, con su mundo más o menos estable, dijo en voz alta: me quiero enamorar otra vez... y pocos meses después vino un viento tibio que le quitó para siempre el frío... desde entonces han pasado muchos años, y hay días en que se ve en el espejo, cuando prepara un viaje o cuando despierta en la mañana y se sabe feliz y enamorada... pero tiene un poco de miedo de decirlo en voz alta, así que lo piensa y se guiñe un ojo ante el espejo.
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