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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Fuimos Felices

Fuimos felices aquellas tardes que se convertían en madrugadas, estudiando para un examen sin siquiera tocar el libro. Fuimos felices, en aquel sitio de tés, que tenia una mesa al aire libre y donde pasábamos las horas arreglando el mundo cuando deberíamos haber estado en clase... fuimos felices, cuando te sentabas al piano y yo te oía, con tus manos blancas acariciar una melodía, cuando fumamos aquel canuto y en cada copa de oporto...    Fuimos felices, cuando pasaron los años y nos encontramos, las dos veces que viajamos al mar y juramos nunca conformarnos. Cuando te alcance esa semana en París, y por primera vez en mi vida no la ví tan gris. Fuimos felices, incluso aquellas veces que dijimos adios, algo dentro de nosotros nos sembró la certeza que de que no habría un adios definitivo, incluso hoy, que poco se de ti y que poco sabes de mi, después de 20 años, aquella felicidad nos alcanza...

Que buena vida has tenido Catalina

Mientras recorre las calles de esa ciudad que la vio nacer, y donde el trabajo la trajo unas horas, las suficientes para sentarse a comer un Chile en Nogada... Que buena es la vida que me trajo en septiembre... Dar una vuelta por dos calles y ver de lejos los volcanes.... Cierra los ojos al sol y reconoce: que buena vida has tenido Catalina.    El sábado un maestro le pidió escribir su epitafio, aquí yace... Una mujer que con la edad encontró La Paz que vino a buscar a esta vida, y quizá un poco de cordura. Que intentó enamorarse cada día, que amo con todas las letras y aprendió a dejarse a amar. Que disfruto de la comida, se quedo despierta muchas noches solo para contar estrellas, que le gustaba el vino y el helado de macadamia, que tenía unas piernas fuertes y ganas de caminar. Que alguna vez perdió el  sueño y alguna ilusión, pero aprendió que toda pérdida es una enseñanza.  Aquí yace Catalina, que tuvo una vida buena