Despertar agradeciendo
Como parte de un programa de Health Coach
en el que tengo tres semanas, cambiando mis hábitos por mejores hábitos, mi
misión a partir de hoy escribir los primeros 10 minutos después de despertar y
sobre todo, agradecer. Por eso el primer
día mi agradecimiento es para mi HC, por ponerme a escribir. Quien me conozca
un poquito en serio, sabe que las letras es un ingrediente indispensable en mi
esencia, sin embargo, por los millones de pendientes que me tienen los últimos
años sumergida en otra vida, he abandonado este placer por las letras, placer y
alimento. Agradecer si es un hábito que aprendí hace apenas 5 años, cuando,
citando a Miguel Mateos “me rompieron mi corazón en mil pedazos”…
Hoy desde que desperté, lo que me vino a la
mente, (después de agradecer por mi HC), es agradecer por dos milagros o
coincidencias que ocurrieron en mi vida.
Precisamente el día de mi vida que recuerdo
más obscuro y más frío, fue un 18 de noviembre de hace 5 años, es una fecha que
difícilmente olvidaré, representa un parteaguas en mi vida, se rompió lo que yo
era, lo que yo creía, y a partir de ese día fui consiente que nada lo tengo
seguro, que de alguna manera nada me pertenece, que debo agradecer todos los
días y a cada segundo los milagros o regalos o coincidencias que me va dando la
vida, y disfrutarlos desde el primer día, agradecer y disfrutar, sin apegos, de
esa manera tengo mas oportunidad de apreciar las cosas lindas que tengo en la
vida, como el ronroneo de mi gata Macarena o las pecas de mi espalda.
Otro día muy triste en mi vida, cuando
murió mi mejor amigo R., si bien, había habido pérdidas a mi alrededor, nunca
fui consciente de que los seres humanos nos vamos y dejamos pendientes y puede
ser que no hayamos disfrutado la vida por haber estado apegados a esos
pendientes, para mi R. en ese momento, era el último caballero sobre la tierra,
su presencia de alguna forma siempre está conmigo, aunque han pasado 12 años
desde que ya no está, recuerdo con exacta precisión ese día, la última
conversación que tuve con él, sus enseñanzas y el blanco de su sonrisa.
Esas dos pérdidas en particular tuve que
llevarlas a terapia, y solo así pude lograr vivir el duelo, aprender a vivir
con ellas, sin dolor, fluirlas, esa época de mi vida cuando decidí sanarme, ir
a terapia, preocuparme por mí, después las cosas empezaron a mejorar, aprendí
que me merezco que alguien cuide de mí, que no tengo que preocuparme todo el
tiempo de cuidar de alguien, deje, como
me dijo una buena amiga, de rescatar seres humanos para convertirlos en mejores
personas y que otra gozara de ellos, me rescaté a mí, y de alguna manera,
estaba lista para dejar que otro se ocupara de mí.
Así un buen día la vida llevó hasta la
puerta de mi oficina un ser hermoso, un caballero, nacido un 18 de noviembre y
que vivía en el mismo edificio que mi amigo R., las señales eran claras, en él
encontré el maestro perfecto en agradecimiento y cuidado, tiene el equilibrio
exacto en cuidar del otro y dejarse cuidar, es un ser agradecido, ecuánime, lo
que me recetó mi terapeuta, ha dado el equilibrio preciso a mi vida, un
equilibrio desequilibrado, retador y amoroso.
Es un caballero valiente que me ha mostrado sus fantasmas y ha luchado
contra todos los míos.
Agradezco hoy y todos los días, al despertar, ese milagro,
coincidencia, destino, lo agradezco y disfruto.
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